Monday, February 14, 2011

Y PARÍS ERA UNA MISA..............


Una vez me dijo Yoshvany Medina"Lo aprendí en París, fue en medio de un episodio de la vida que nos toca , en el momento que nos toca.A través de una retrospectiva , de lo que nos dicen las personas, me pregunto lo que puede aprenderse en París.Este viernes tuvo lugar la apertura del X Festival del Monólogo en Havanafama Teatro Studio y no pudo ser otra que la ciudad luz , la cortina.Adela Romero se presentó
con "Yo nací el día que Dios estuvo enfermo" bajo la dirección de Yoshvany Medina y Yesler de la Cruz.
La puesta , una interacción entre el acto cinematográfico y dos ciudades:la primera, en la que vive el inmigrante y la segunda, la que acogió tus pasos.La actriz posa en una metáfora muy bien delineada de Madame Butterfly.Un atuendo oriental y el dolor de vivir que reposa en la silla donde se sienta inclinada.A veces un ave, otras un suspiro.Se deja llevar por la soledad que la arrastra hasta el cementerio que se vuelve paradoja de su propia realidad.
Atrapados , vivimos todos, en el glamour o la esperanza del glamour.Publicidad que inscita el paradigma de la belleza , para los que nos arrastamos ante ella.
Hay un límite en la pieza teatral , en la que los barrios de MontMatre o Montparnasse nos lleva a la calle del dolor.Lo que evitamos con miles de pretextos, haciéndonos ideas para no mirar, dentro de nosotros mismos.
"Mon Dieu"(Dios Mío) es el primer himno , cuya súplica parece una letanía que nos avisa de lo que va a pasar mas tarde.Luego el viaje de los sinsabores , la risa , el llanto, el brindis por la vida.El incomparable "No je ne regrette rien" se torna en el estado de ánimo inminente de la aparente victoria:la muerte.
Cesár Vallejo no quería probablemente la soledad de las calles.La actriz y el personaje a lo mejor, tampoco.Yo no lo quiero y soy quien escribe estas palabras.No se si a las ciudades les toque arreglar el suicidio humano representado por una sola mujer con recuerdos rumiantes , que se repiten en cada generación y a través de dísímiles pieles.
Una realidad tangible encierra cada parlamento de esta obra.La ausencia de mirarnos en nuestro espejo, el que no se ve a simple vista.

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